Los tumores neuroendocrinos (TNE) son una patología desconocida entre la población general y de difícil diagnóstico.

Mediante la ciencia de las terapias dirigidas, nuestro objetivo es reducir la carga global de la enfermedad y prolongar la vida de los pacientes con cáncer neuroendocrino.

El tumor neuroendocrino, o TNE, es un tipo raro de cáncer que se origina en las células neuroendocrinas de todo el organismo.1 Suelen encontrarse en el tracto gastrointestinal, los pulmones o el páncreas. La incidencia anual ajustada por edad de los TNE fue de 6,98 por 100 000 personas en 2012.2 Los TNE pueden definirse como funcionales o no funcionales.3

Los TNE funcionales se caracterizan por síntomas causados por la secreción excesiva de hormonas y otras sustancias, mientras que los TNE no funcionales pueden ser clínicamente silenciosos. Los síntomas pueden aparecer si el tumor produce hormonas o crece en los tejidos y órganos circundantes. Los signos y síntomas inespecíficos de las TNE incluyen, entre otros, dolor abdominal, diarrea y sofocos.4

Los TNE tienden a crecer lentamente y pueden no presentar síntomas o presentar síntomas difusos que pueden confundirse con otras enfermedades. Por ello, a menudo se diagnostican en una fase avanzada.5
 

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