Aunque el cáncer de mama es una enfermedad frecuente en mujeres, y cada vez más jóvenes1, nunca se está preparada para afrontar un diagnóstico de cáncer de mama metastásico, y es muy normal que te veas afectada emocionalmente. La nueva situación afecta a todos los ámbitos de la vida: la familia, el trabajo, los amigos… y es normal que surja la pregunta: ¿cómo puedo afrontar esta nueva situación en mi vida?
El cáncer de mama se origina cuando las células de la glándula mamaria se transforman para reproducirse de forma descontrolada, generando un tumor. Cuando hablamos de cáncer de mama metastásico nos referimos a que las células cancerígenas se han expandido a otras partes del cuerpo, afectando a otros órganos.
El impacto emocional de un diagnóstico de cáncer de mama metastásico es muy fuerte. Lo primero que piensan muchas mujeres es en cómo contárselo a su familia. Aunque sea una situación difícil, la familia y tu entorno más cercano serán tu gran apoyo. Si lo necesitas, tómate tu tiempo y piensa que ellos se adaptarán a tus necesidades y te ofrecerán todo el apoyo que necesitas.
El impacto en la vida social también suele preocupar mucho a las mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama metastásico, y más cuando se trata de mujeres jóvenes. Por ello, lo primero que se debe hacer es normalizar la situación en la medida de lo posible. Al principio puede que cueste seguir con la misma vida social, pero encontrarse con los amigos o simplemente continuar haciendo las mismas rutinas diarias puede ayudar a afrontar la situación de la mejor manera. Hablar con un psicólogo especializado en oncología te puede ayudar a gestionar el diagnóstico.
Además, seguir unos hábitos de vida saludables, llevar una dieta equilibrada o sentirte bien, por ejemplo a través del cuidado de cuidar tu imagen, te pueden ayudar a levantar el ánimo y querer seguir haciendo planes.
Respecto al impacto en la vida laboral, la enfermedad metastásica en cáncer de mama implica, según los organismos oficiales de evaluaciones médicas, una incapacidad laboral permanente en muchos casos. Sin embargo, hay diversas circunstancias, como el tipo de trabajo, la edad o la situación clínica que determinarán si puedes o no seguir trabajando. En todo caso, esta decisión deberá ser valorada conjuntamente con el equipo médico que lleve tu caso.
Para muchas mujeres dejar a un lado la vida laboral significa una oportunidad para dedicarse al autocuidado y mejorar la calidad de vida, aunque puede resultar complicado gestionar el tiempo libre. Por otro lado, seguir trabajando puede ser útil para distraerse y normalizar la situación, y con la supervisión de su médico y una buena organización, se puede lograr tener todo bajo control y superar todos los retos que puedan surgir.
Si tienes cáncer de mama metastásico, te recomendamos que contactes con las asociaciones de pacientes, que te orientarán, y que busques apoyo en las personas que te rodean y en los profesionales médicos que te guiarán a lo largo del proceso de superación de la patología.