La afectación psicológica de la Leucemia Mieloide Crónica (LMC)

Recibir un diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica (LMC), igual que de cualquier otro tipo de cáncer, puede generar un gran shock en el paciente.

Oct 24, 2024

Recibir un diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica (LMC), igual que de cualquier otro tipo de cáncer, puede generar un gran shock en el paciente. En los primeros momentos, es posible que incluso no se comprenda bien la información que te facilita el hematólogo, pero no te preocupes, ya que es una fase normal y en las próximas visitas al médico estarás más tranquilo y podrás ir con dudas sobre la patología listas para ser resultas.

Tras el diagnóstico es común sentir miedo, frustración, tristeza o rabia. Conocer más datos sobre la patología y las opciones de tratamiento, puede ayudarte a gestionar ese miedo. A nivel emocional también es frecuente la irritabilidad, el desánimo, la dificultad para conciliar el sueño o la apatía1. Pero tanto si eres paciente como familiar de alguien con Leucemia Mieloide Crónica, no te preocupes, porque todas estas fases son normales y con el tiempo aceptarás la nueva realidad, adaptándote a las soluciones que te proponen los médicos.

Además, recuerda que en la mayoría de casos, la LMC es una leucemia de evolución lenta, con una progresión de la enfermedad en menos del 10% de los pacientes2. En los últimos años, el pronóstico de la LMC ha cambiado radicalmente. Actualmente, la esperanza de vida es similar a la población general en aquellos pacientes diagnosticados en fase crónica.1

¿Cómo puedes mejorar tu estado anímico tras el diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica?

Aquí te dejamos algunas recomendaciones, aunque es un aspecto muy personal y deberás adaptarlas a tu estado físico y psicológico de cada momento2:

  • Practica técnicas de relajación o visualización: guiado por un experto, podrás aprender métodos para relajarte a través de la respiración y con la ayuda de tu mente.
     
  • Técnicas de desahogo emocional: en este caso, te recomendamos contactar con un psico-oncólogo3, que son los profesionales de la psicología especializados en casos de personas con cáncer y su entorno. Es posible que la enfermedad te genere una gran preocupación, si además tienes dificultades para controlar tus emociones y esto está afectando a tus relaciones, lo mejor es visitar a un profesional. Puesto que se trata de una enfermedad crónica con un curso evolutivo, es importante que te acostumbres a vivir con ello y gestionar tu estado de ánimo. También existen teléfonos de apoyo tanto de asociaciones de pacientes como institucionales, a los que podrás contactar y un experto te atenderá.
     
  • Comunicación familiar: la familia y el entorno cercano es un pilar clave en el estado de ánimo, y esto condiciona la determinación con la que afrontes la patología.

    Técnicas de distracción: piensa cosas que te guste hacer y dedícate a ello. Los trabajos manuales y que requieren concentración (como la pintura, las manualidades, etc.) ayudan a despejar la mente, ya que te obligan a centrarte en la tarea realizada.
     
  • Hábitos de vida saludables: seguir una dieta saludable, hacer ejercicio suave de forma regular, no consumir sustancias nocivas… cuidarte te hará sentir mejor y favorecerá a tu cuerpo, fortaleciéndolo para luchar contra la LMC.
     
  • Vida social: estar distraído y divertirte también te ayudará a despejar la mente por unas horas. Puedes hacer planes con tus familiares y amigos, visitar nuevos sitios, hacer salidas culturales… piensa en qué te apetece hacer, adáptalo a las recomendaciones de tu hematólogo y disfruta de la actividad que estás realizando.
     
  • Las asociaciones de pacientes te ofrecerán el apoyo necesario: hablar con otros pacientes que han pasado por tu misma situación, te puede ayudar enormemente a resolver dudas, entender mejor la patología y ver cómo otras personas han adaptado sus vidas a la LMC (4).
     
  • Infórmate: es numerosa la información sobre la patología y los materiales específicos adaptados a pacientes, que te pueden ayudar en la comprensión de la enfermedad.