Cuando a una persona se le detecta un cáncer, significa que una parte de las células del órgano afectado se han transformado, para reproducirse de forma descontrolada generando un tumor que llamamos cáncer. En el caso concreto del cáncer de mama, significa que las células que se han descontrolado son las células de la glándula mamaria3.
En algunos casos, el cáncer puede ser metastásico. Esto significa que las células del cáncer de mama se han expandido a otras partes del cuerpo2 y, por tanto, la parte del cuerpo afectada se verá invadida por estas células cancerígenas2.
Por tanto, en el caso de que el diagnóstico inicial del cáncer de mama sea cáncer de mama metastásico, significa que las células del cáncer de mama ya se han propagado a otros órganos en el momento del diagnóstico inicial.
Este proceso, de diseminación de las células cancerígenas a otros órganos o metástasis, puede ocurrir de tres maneras:
- Crecimiento local: el cáncer de mama crece a través de los tejidos más cercanos: hueso, músculo y piel.
- A través de los vasos linfáticos: se extiende mediante la red de vasos linfáticos, los encargados de transportar la linfa (compuesta por desechos y células inmunitarias), hacia otros ganglios próximos.
- A través de los vasos sanguíneos: viaja mediante la sangre y se dirige hacia los huesos, pulmón, hígado y piel.
En el caso de que el cáncer sea metastásico, puede que haya sido recurrente1, es decir, que una vez tratado con anterioridad un cáncer de mama localizado, éste haya vuelto a aparecer, y al volver se haya expandido a otras partes del cuerpo.
O bien, puede que sea la primera manifestación evidente de la enfermedad y en ella se detecte esta expansión del cáncer a otros órganos. Cuando esto ocurre, se considera que el cáncer se encuentra en una fase avanzada. Normalmente, el pronóstico empeora a medida que el estadio es más avanzado. Por este motivo, cuando el cáncer es diagnosticado en fases iniciales las tasas de curación son mayores. No obstante, cada caso es único y el pronóstico diferente en función de las circunstancias de cada persona, por tanto, es esencial que tu médico te explique el detalle de tu caso en concreto.
Independientemente de cuándo se haya detectado un cáncer de mama metastásico, es muy común que el diagnóstico afecte emocionalmente.
Los primeros pensamientos pueden ir relacionados con “¿por qué no lo detecté antes?”, en caso de que se haya detectado en una fase avanzada; o “¿para qué me ha servido el tratamiento?”, en los casos de un cáncer recurrente que se expande posteriormente. Pues bien, has de saber que es algo que ocurre a muchas personas en esta situación y por ello, la experiencia de otros te puede servir para afrontar este proceso. Te recomendamos que contactes con las asociaciones de pacientes, que te orientarán, y que busques apoyo en las personas que te rodean y en los profesionales médicos que te guiarán a lo largo del proceso de superación de la patología.