Un ensayo clínico le salvó la vida. No tenía aún ni 50 años cuando a Inmaculada le detectaron un cáncer de pulmón con metástasis “incurable”. Su oncólogo le dio apenas 4 meses de vida.
Con motivo del Día Internacional de los Ensayos Clínicos y fruto de la colaboración entre Novartis y Castilla y León Televisión, hoy estrenamos el documental La investigación biomédica. Donde nace la esperanza. Esta es la historia de Inmaculada. Una historia de esperanza, pero también de investigación e innovación. Cuando la ciencia salva vidas.
La investigación biomédica. Donde nace la esperanza
Son muchas las personas que a lo largo del año reciben el diagnóstico de una enfermedad. Aun así, gracias a la ciencia, el desarrollo de éste es muy diferente en la actualidad de lo que habría sido hace unos años. Y es que sin todos los avances científicos que se consiguen a través de la investigación biomédica, la historia de muchos pacientes sería totalmente diferente.
Una de esas personas es Inmaculada Escriche, a la que le detectaron un cáncer de pulmón con metástasis “incurable” antes de cumplir 50 años. Su oncólogo no tenía muchas dudas a la hora de afirmar que, a partir de ese momento y viendo cuál era la situación en la que se encontraba Inmaculada, sólo le quedaban unos pocos meses de vida. Inmaculada y su familia recibieron la noticia como lo haría cualquier otra persona con toda una vida por delante y tres hijos, uno de ellos preadolescente y los otros dos en plena adolescencia.
El Día Mundial de los Ensayos Clínicos es una fecha sumamente importante para Novartis, líder español en investigación biomédica, ya que los ensayos clínicos son los que nos permiten mejorar y prolongar las vidas de las personas, como ha ocurrido en el caso de Inmaculada.
Sólo en el 2020, Novartis hizo una inversión de 97 millones de euros en I+D+i e impulsó 220 ensayos clínicos diferentes. Además, el 60% de estos ensayos fueron llevados a cabo en las fases tempranas (I y II), donde encontramos las terapias más innovadoras.
Los ensayos clínicos son esenciales para el descubrimiento de medicamentos innovadores que puedan curar o tratar enfermedades.
Nos sirven de gran ayuda para entender las enfermedades y poder, así, dar una respuesta adecuada a la hora de combatirlas. Así lo explica Joana Claverol, responsable de la Unidad de Investigación Clínica del Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona.
Si bien es cierto que la gran mayoría de personas está familiarizada con el término “ensayo clínico”, no muchas son capaces de describir en qué consiste exactamente todo el proceso. En general, podemos dividir todo el proceso de un ensayo clínico en cuatro fases diferentes:
- Fase I: los fármacos testados se usan por primera vez en humanos. Los grupos de esta fase son muy reducidos (no superan nunca las 80 personas) y el objetivo es comprobar que son seguros.
- Fase II: si se supera con éxito la Fase I, la terapia se suministra a personas que presentan la enfermedad para la que el fármaco ha sido ideado, con el objetivo de medir la relación entre eficacia terapéutica y toxicidad, así como para determinar la dosis óptima según la condición a tratar. En esta fase, el testeo oscila entre 100-200 personas.
- Fase III: si el fármaco supera con éxito las fases anteriores, llega a la Fase III del proceso, la última antes de salir al mercado. En esta fase hay que demostrar que el fármaco testado es una alternativa mejor a la que se dispone y se usa en la actualidad. Para ello, el fármaco se distribuye junto con el tratamiento actual (o un placebo, en caso de que no exista tratamiento). De esta forma, podremos comprobar la efectividad real del producto en comparación con el que se usa en la actualidad. Si los resultados de esta fase determinan que el efecto del fármaco testado es mejor que el resto de los tratamientos, el fármaco podrá salir al mercado.
- Fase IV: una vez comercializado el fármaco, este pasa a una fase final de seguimiento y evaluación de su eficacia a largo plazo. En estos estudios de farmacovigilancia se pueden detectar reacciones adversas raras, mientras que en las fases previas es excepcional el descubrimiento de aquellas con frecuencia menor a 1/1000.
Inmaculada es uno de esos pacientes que participan en los ensayos clínicos y, hoy en día, cuatro años después de su diagnóstico, sigue tratándose del cáncer que le detectaron gracias al ensayo clínico en el que participó.
Me siento orgullosa de ser parte de la ciencia, gracias a ello hoy estoy viva.
Este ensayo clínico brindó tiempo a Inmaculada. Tiempo para la vida y para luchar por ella. Prueba de ello es que, en la actualidad, ejerce como delegada en de la Asociación Española Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) en Madrid.
España es, además, uno de los países líderes en investigación biomédica gracias a una legislación pionera en este ámbito. Según afirma Amelia Martín, Responsable de Plataforma de Medicamentos Innovadores Farmaindustria, el alto nivel científico que existe en España, el compromiso tanto por parte de los hospitales como por parte de la industria farmacéutica y el rol activo de los propios pacientes, son claves para este liderazgo europeo. Tres de cada diez ensayos clínicos que se realizan en Europa, son llevados a cabo en España.
Si Inmaculada y su historia nos han enseñado algo, es que resulta de vital importancia seguir apoyando el desarrollo de tratamientos innovadores que puedan hacer frente a los principales retos que nos presenta la salud. Aunque la investigación no siempre nos podrá proporcionar una cura, allí es donde nace la esperanza.
Conoce la historia completa en este publirreportaje