La Enfermedad de Células Falciformes, también llamada anemia falciforme, es una patología hematológica dónde la adherencia al tratamiento y a las visitas médicas es un pilar fundamental.
Al ser una enfermedad hereditaria, genética y crónica, es muy importante que seguir todas las recomendaciones de tu equipo médico, cumplir los tratamientos que te prescriban y asistir a todas las visitas y controles analíticos para garantizar una mejor evolución de la enfermedad y de tu calidad de vida1.
Pequeños pasos que pueden marcar la diferencia
- Es recomendable que acudas a un hematólogo familiarizado con la enfermedad de células falciformes. Aquí puedes encontrar un mapa de centros de referencia y expertos de España en anemia falciforme. Si no te es posible acceder a uno, trabaja estrechamente con tu médico de atención primaria.
- Mantén citas regulares con su equipo médico. Estas visitas ayudarán a reducir la cantidad de problemas agudos que requieren atención inmediata.
- Habla con tu médico de cómo te sientes en el plano emocional y de cómo gestionas las crisis de dolor.
- Para controlar la ECF es importante hacer el seguimiento de tus crisis de dolor. Puedes usar un diario como éste para registrar sus crisis de dolor, síntomas, desencadenantes y otra información importante.
- Recuerda compartir esta información con tu equipo de atención médica. Esto facilitará un cuidado individualizado por parte del personal sanitario y te ayudará a minimizar las complicaciones a largo plazo.
Si quieres informarte más sobre la Enfermedad de Células Falciformes y adquirir un papel más activo en el manejo de tu enfermedad puedes consultar la página https://anemiafalciforme.es/