¿Sabes qué es el hierro y la ferritina? ¿Conoces el papel que juegan en tu cuerpo y por qué son importantes? Pues atento, a continuación te lo contamos.
La sangre está compuesta por muchos elementos distintos, cada uno con un objetivo determinado, como son: el plasma, los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas, etc.
Entre ellos, se encuentra el hierro: un elemento esencial que contribuye al correcto funcionamiento del organismo ayudando a transportar oxígeno a todas las células, aportando energía y manteniendo un sistema inmune eficaz.
Para incorporar el hierro en nuestro organismo, los alimentos que consumimos son clave, en especial las fuentes de origen animal y algunas legumbres, frutos secos y vegetales. El cuerpo humano tiene la capacidad de absorberlo, transportarlo, reciclarlo y almacenarlo. De esta forma, el hierro se mantiene en circulación dentro de nuestro cuerpo.
Es importante conocer que:
- La reserva de hierro en el organismo se realiza mediante una proteína de depósito denominada ferritina y
- nuestro organismo no dispone de mecanismos fisiológicos (propios) para eliminar el exceso de hierro y, por este motivo, todas aquellas circunstancias que provoquen un aumento de hierro van a conducir a una situación de sobrecarga férrica. Cuando esto ocurre, el organismo suele depositar el exceso de hierro en el hígado, fundamentalmente.
Para medir la cantidad de hierro que nuestro cuerpo tiene almacenado, disponemos de varios métodos, entre los cuáles está la realización de un análisis de sangre para medir los niveles de ferritina sérica. Estos resultados, junto con otros datos obtenidos de las analíticas (transferrina, índice de saturación de la transferrina…), permite tener una imagen global sobre cómo tu cuerpo procesa el hierro.
¿Por qué es importante conocer los niveles de hierro de tu organismo?
Como hemos dicho, nuestro organismo no tiene mecanismos naturales que le permitan eliminar la cantidad de hierro sobrante del cuerpo. Por eso, además de conocer la cantidad de hierro que circula en la sangre, es muy importante conocer también la cantidad de hierro de los depósitos intracelulares para asegurarnos de que no sobrepasan los límites o, si estas reservas son, por el contrario, escasas.
En el caso de que los resultados indiquen un nivel de ferritina menor al indicado, lo más probable es que tus reservas estén bajas por una deficiencia de hierro y puedas desarrollar anemia.
Por el contrario, un nivel elevado de ferritina puede ser la primera señal de sobrecarga férrica, una condición que se da cuando el organismo ya no puede almacenar más hierro de forma segura y este empieza a acumularse de forma descontrolada en órganos como el hígado, las glándulas endocrinas y el corazón.
La sobrecarga férrica puede conllevar complicaciones serias que pueden no manifestarse hasta que no se ha producido daño en los órganos, por lo que es muy importante vigilar los niveles de hierro, especialmente si estás entre las personas con algún factor de riesgo.
Así, por ejemplo, la sobrecarga férrica es una consecuencia inevitable de las constantes transfusiones que necesitan las personas con síndromes mielodisplásicos (SMD), por lo que deben extremar la precaución y acudir regularmente al médico para que lleve un control exhaustivo de su nivel de hierro y ferritina en el organismo.