Un diagnóstico de PTI puede inquietar a cualquiera, pero especialmente a un niño y a sus padres. La nueva realidad se centra en prevenir las complicaciones preocupantes causadas por esta enfermedad autoinmune, que incluyen hematomas y hemorragias espontáneas comunes y sangrados por la boca y la nariz, y en muy pocos casos hemorragias severas que pueden poner en riesgo la vida del paciente.1
Afortunadamente, la mayoría de los niños con PTI en general se recuperan más rápidamente que los adultos con la misma enfermedad.1
Una de las grandes preocupaciones para padres y madres con hijos que conviven con PTI es el colegio y se suelen preguntar: ¿Mi hijo/a puede tener una vida normal en el colegio? ¿Puede realizar todas las actividades? ¿Tiene que estar vigilado todo el rato?
Casi todos los niños y jóvenes con PTI pueden ir al colegio con normalidad. Sin embargo, especialmente con los niños más pequeños, se debe tener cuidado para garantizar un entorno seguro.
Cuando son más pequeños, los profesores deben estar informados sobre la PTI y, si es necesario, sobre el tratamiento de tu hijo, para que puedan intervenir rápidamente en situaciones peligrosas y reaccionar correctamente en caso de emergencia si se produce un sangrado. Cuanto más mayores y autónomos se vuelven los niños, más capaces son de evaluar los peligros. Sin embargo, es importante informar a profesores y compañeros sobre esta patología, tengan la edad que tengan.1
A la hora de realizar una excursión o salida escolar, es importante que tu hijo/a lleve una identificación de emergencia y que los adultos que lo acompañan sepan qué hacer en caso de emergencia.
Los niños con esta patología se vuelven cada vez más conscientes de la patología con la que conviven durante la edad escolar y desarrollan una cierta comprensión de los procesos básicos de sus cuerpos. Por lo tanto, debes hacerle concienciar a tu hijo/a sobre su patología, para que así también pueda decidir y participar en la toma de decisiones.1
En el caso de actividades físicas, la situación cambia un poco. Para evitar sangrados y hemorragias, es importante advertir a tu hijo sobre la protección a la hora de realizar cualquier actividad física, sobre todo en actividades que pueden provocar caídas (skate, esquí, bicicleta…). Existen deportes que se consideran seguros, como la natación. Aunque como hemos comentado antes, se permiten todos los deportes de bajo riesgo con la protección adecuada.2
Sin embargo, si el recuento de plaquetas es bajo, puede ser necesario restringir ciertas actividades para reducir el riesgo de hemorragia.3
Ante cualquier duda o pregunta, no dudes en hablar con tu médico de familia o especialista en hematología, él/ella te ayudará a definir un plan adecuado para la vida diaria de tu hijo/a.